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martes, mayo 30, 2006

Canto de sirena

Tiene tanto poder como la magia en sí, pues es simplemente una de sus vertientes. Al igual que las olas pertenecen al mar y pueden deshacer los precipicios que separan la tierra del mar, esta magia consigue romper todos mis esquemas, destruir mis muros y deshacer mis defensas.

Se parece tanto a la llamada de un ser de la luz que reclame mi ayuda que me siento tentada a dejarme llevar, pero esta vez son sólo cantos de sirena que intentan arrastrarme hacia el mar. Y ahora mismo allí sólo hay demonios y pobres diablos que no saben lo que quieren, no hay luz ni paz.

Ahora mismo estoy escuchando sus hechizos, son poderosos, y me invaden, han llegado muy hondo. Escucho sus palabras tan fuerte... que sería demasiado fácil dejarme llevar.

"How easy it would be to show me how you feel,
More than words is all you have to do to make it real"
"Too late
Tonight
To drag the past out into the light
We're one, but we're not the same"

Ha sido culpa de mi arrogancia, me creí poderosa y no me tapé los oidos, me creí fuerte y me acerqué a la tentación, y ahora estoy perdida, pues aunque sepa que son tan sólo cantos de sirena, sigo dando poco a poco el paso que me lleva a mi propia destrucción.

Yo no hago tratos

Hay momentos en que la niebla espesa lo cubre todo, apenas se puede ver dónde estás, pero es ahí donde más puedo ver. Hay una conversación que quería tener, sólo la estaba retrasando.

- Hola.
- Cuánto tiempo - Sonríe, siempre lo hace.
- No estaba segura de si estarías aquí, muchas veces temo no encontrarte.
- Siempre he estado aquí cuando has querido hablar conmigo.
- Aquella vez no estuviste.
- Aquella vez no querías hablar conmigo, pero aun así te escuché, gritaste mucho, lo sabes? - Frunce el ceño como lo hace alguien que no está acostumbrado a hacerlo - El infierno se revolvió, más de uno quiso cumplir tus deseos.
- Quizás hubiese sido lo mejor.
- No sabes de lo que hablas, deberías saber que las cosas no van a ser así. No vas a dejar de luchar, porque sabes que no es la vida lo que te juegas, si no mucho más.
- Por eso hice el trato contigo, porque sólo tú puedes darme el descanso que busco, porque eres neutral, porque nunca has participado en ninguno de los bandos.
- Pero sabes que yo no hago tratos.
- Y tu sabes mejor que nadie que las cosas no siempre son así, y que has hecho tratos.
Sonríe.
- Qué pasó? - tenía que preguntarlo.
- Esperaba esa pregunta. Aunque de alguna forma esperaba que lo recordaras.
- No recuerdo nada, lo he intentado con todas mis fuerzas, he repasado todas las cosas que he hecho, las decisiones que he tomado, la gente que he salvado y a los que he dejado atrás, intentando saber qué fue lo que hice para que tú no cumplieras nuestro acuerdo.
- Qué importa lo que hicieras? Si de verdad quisieras que hubiera cumplido mi parte del acuerdo, hubieras cumplido tu parte.
- Pero de verdad quería, estuve aquí ese día, estaba preparada y lo esperaba. No hubiera gritado, llorado, desesperado y maldecido si algo en mí quisiera que no lo cumplieras.
- Pero aún así, no querías, sólo lo esperabas.
- Y ahora qué?
- Es tu vida, no puedo decirte qué hacer con ella, son las reglas.
- Lo planee todo sabiendo que teníamos un trato, y me quedé sin fuerzas, sin ganas y sin motivos por los que luchar.
- Y aún así has tardado casi dos años en volver.
- Estaba muy enfadada. Seguía tentada de hacer otro trato contigo, pero temo que lo rechazarías. Además aunque lo aceptaras no podría garantizar que no pasara lo mismo.
- Y ya no estás segura de que quieras que el trato se cumpla.
- Creo que simplemente me he hecho a la idea de que no va a pasar, de que tengo mucho camino por delante. Ya no es lo mismo que entonces, cuando hice el trato contigo, ahora no hay nada concreto que espere, nada que yo quiera que pase.
- Ya has tomado tu decisión, hace mucho, incluso empezaste a llevarla a cabo, no mires atrás.
- Volveremos a hablar.

Me doy media vuelta y me marcho, creo que me responde algo, pero hay veces que no quiero escuchar. Sé que tiene razón, pero aun así no tiene derecho. No entiende lo que es la vida, ella sólo entiende de muerte.

jueves, mayo 25, 2006

Pandora

Demasiado ruido, ni siquiera puedo escuchar los latidos de mi corazón mientras corro entre las rocas desesperadamente, buscando un lugar que no me pertenece.

Allí la encuentro, es bella, pero tiene una sonrisa maliciosa entre los labios, que hace pensar que esté tramando algo. Tiene una curiosidad que no tiene límites, y es muy capaz tanto de caos como de armonía.

No esperaba encontrarla, pero era justo lo que necesitaba. Y la magia comenzó. Conocía algunos de esos hechizos, otros muchos no, pero tomé nota de magos y hechizos para poder recitarlos yo misma.

Consiguió revolverme el corazón que estaba seco, y devolverme la sangre. Devolvió el verdadero ritmo a mis latidos. Impuso armonía en mi cabeza. Y mi cuerpo volvió a vibrar.

Estuve horas bailando al son de los hechizos que me devolvían la vida, y otra vez volvía a ser yo. Y es que no soy nada sin la música.

lunes, mayo 22, 2006

Érase una vez...

Érase una vez una niña, era castaña con el pelo cortito y un poco de flequillo que le tapaba los ojos y siempre se lo quitaba de un resoplido, no es que quisiese ver a su alrededor, simplemente prefería ver lo justo para no tropezarse. Llevaba siempre vestiditos de colores claros y de flores, calcetines calados de punto y zapatitos de charol, no es que le gustara vestir así, simplemente son las madres quienes deciden como visten las niñas de su edad.

Era noche cerrada, sólo la luz mortecina de las farolas y un poco de luz de luna iluminaban el bosque. La niña estaba sentada en un tronco, lloraba como sólo lloran los niños, desconsoladamente, con energía. Estaba rodeada de monstruos y demonios, pero ella escondía la cabeza entre las manos y no los podía ver.

Por un instante simplemente me detuve a mirarla, tanta inocencia en tanta oscuridad, y aun asi sobrevivía... Pero mi cabeza gritaba que la salvara y me acerqué.

- Chica...
Levantó la cabeza y me miró, tenía unos profundos ojos oscuros, pero no negros, los labios, con el inferior mayor que el superior marcaban una mueca de tristeza que rompía el corazón. Tenía los mofletes redonditos y colorados, ojeras, y los ojos casi morados.
- Hola - respondió con una sencillez con la que sólo responden los niños.
- ¿Qué te pasa?
Volvió a romper a llorar y se hacía difícil de entender. Le puse la mano en el hombro y me abrazó, empapándome el pecho de llanto. Yo miraba a mi alrededor, estabamos muy al descubierto, y seguía sin entender que los montruos y las sombras no se nos abalanzasen.
- ¿Qué haces aquí? ¿No te da miedo estar sola?
Me mira sorprendida.
- No, estar sola no da miedo.
- ¿Ni siquiera en un sitio así?
- ¿Lo dices por los monstruos?
- ¿Los ves? - No debería verlos, alguien así ... no debería.
- Sí claro, pero esto me protege - Señaló la cruz de oro que le colgaba del cuello.
- ¿Un amuleto?
Negó muy rápido con la cabeza, sacudiendo el flequillo y volviéndolo a colocar delante de los ojos, sopló por la comisura derecha del labio y dejó un ojo al descubierto.
- No es eso, es lo que representa, no me va a pasar nada, Él es más fuerte que todos ellos.
Yo miraba preocupada alrededor, si nos asaltaban, no podría protegerla mucho tiempo, sólo esperaba poderla sacar de allí pronto, antes de que la niña se diera cuenta, de que las cosas no son tan fáciles aquí.
- Por favor, cuéntame que ha pasado, pero tranquila, sin llorar, necesito saberlo.
- Perseguía mi sueño - su labio inferior volvió a caer hacia abajo, a punto de llorar otra vez - Iba a caballo y llevaba una capa negra, era mi chico, lo sé.
- ¿Tu qué?
- El chico que será el amor de mi vida, tu sabes, con el que me casaré.
- Pero... eres muy chica, ¿por qué creiste que era él?
- Lo sé, era, sé que no es el momento, pero pensé que podría ahorrarme tiempo si lo perseguía. Pasó tan cerca de mí, que pensé que podría alcanzarlo, y ahora me he perdido.
- Entiendo, no debiste perseguirlo de esa forma, sobre todo si sabías que no era el momento.
- Tu también estabas. Te vi cuando le vi a él, estabas más cerca, pero ni siquiera lo viste, estabas luchando con un demonio y no te diste cuenta de que pasaba a tu lado, pero creo que él si te vio.
- Puede ser, he estado luchando con uno hasta hace poco.
Me miró a los ojos directamente, intenté apartar la mirada, tenía miedo de lo que podría ver en ellos, pero no se perdió.
- Te conozco.
- ¿Cómo?
- Eres tú, ¿no?
La miré a los ojos directamente, y vi lo mismo que ella. Un terror se apoderó de mí, esto no debía estar pasando, aunque no sé porqué me extraño, si aquí los mundos se confunden, ¿por qué no los tiempos?
- Vámonos de aquí.
Se mordió el labio y asintió. Pronto estábamos lejos de allí. Entró por su puerta y se despidió.
- Nunca escucharé mis propios consejos, ¿verdad?
Sonreí
- No.

martes, mayo 16, 2006

Un escalón

Cuando fumas, te das cuenta de que subir unas escaleras o seguir subiendo una cuesta no es lo mismo que antes. de repente te falta el aliento, y notas un cansancio pesado que te hace plantearte el pararte a descansar antes de terminar de subir.

A veces me siento así, de repente me han puesto un escalón más, cuando yo ya creía que estaba en el descansillo, y un cansancio pesado me hace plantearme si no puedo descansar antes de terminar de subir. No puedo subir toda la escalera dl tirón, antes podía, ahora quiero recuperar un poco el aliento, antes de dar un paso más y subir el siguiente escalón.

La culpa no ha sido del tabaco, esta vez ha sido otra clase de veneno lo que me impide respirar a pulmón abierto, lo que frena mi subida. Es un dulce veneno que me tira hacia abajo, de vuelta a los infiernos, y sé que mi misión tiene un destino más, que no todo se acaba aquí y que tengo que subir ese escalón. Pero de repente necesito sentarme a descansar, recuperar el aliento que perdí.

No hay descanso para esta guerrera, no hay descansillo en esta escalera, no hay calma antes de la tempestad, y seguiré subiendo, aunque tenga que arrastrar a todos los demonios del infierno conmigo.

lunes, mayo 15, 2006

My Favorite Game

I don't know what you're looking for
You haven't found it baby, thats for sure
You rip me up, you spread me all around
In the dust of the deed of time

And this is no case of lust you see
It's not a matter of you versus me
It's fine the way you want to be on your own
But in the end it's always me alone

I'm losing my favourite game
You're losing your mind again
I'm losing my baby, losing my favourite game

I only know what I've been working for
Another you so I could love you more
I really thought that I could take you there
But my experiment is not getting us anywhere
I had a vision I could turn you right
A stupid mission in a lethal fight
I should have seen it when my hope was new
My heart is black and my body is blue

And I'm losing my favourite game
You're losing your mind again
I'm losing my favourite game
You're losing your mind again

I'm losing my baby, losing my favourite game
I'm losing my favourite game (losing my favourite)
You're losing your mind again (I try)
I try but you're still the same (I try)
I'm losing my baby
You're losing a saviour and a saint

domingo, mayo 14, 2006

El demonio de un sueño

Otra vez más, ya lo sabía, y otra vez más no hice nada por evitarlo. Lo había visto, tan claro o más que otras veces, incluso esta vez lo había vivido, y aún así me lancé al vacío de sus ojos.

Era un castillo y una torre, grandes alfombras y cómodos sofas. Había whiskey, ron y cerveza, había una abuela, (¿era la misma que horas más tarde sacaría al gato?). Y como siempre, había un demonio, y una sombra, o quizás eran lo mismo, no estoy segura. A veces cazadora, a veces presa, me vi envuelta en una persecución con un demonio - o una sombra - que no acaba de distinguir.

Amanecía, y el sol espanta a las bestias, me quedé sola en la torre, había más gente pero estaba sola. Me la jugué y olvidando el cadáver que pisaba al bajar las escaleras de la torre me acercé a la mazmorra.

El miedo - o la razón - me pudo. Me encerré en mi torre y en mis pesadillas. No sé si fui fuerte o cobarde. No quise o no pude renunciar a mis sueños, no quise o no pude jugarme mi sangre.

jueves, mayo 11, 2006

Cadenas

Hace tiempo que por las noches vuelvo a estar encerrado, apenas dos metros cuadrados de espacio y una rendija por la que entra la luz. Unas cadenas rodean mis tobillos y muñecas, y espero, segundo a segundo, el día de mi ejecución.

Hay alguien que se empeña en traerme esperanza, segundo a segundo, buscando una salida para los dos. "Ten un poco de fe", me repite, y a cada paso que da se encuentra un abismo mayor. No le atan cadenas, y, a pesar de estar encerrado, es más libre de lo que mucha gente es al otro lado de estos muros.

Sé porqué está aquí, cree que debe salvarme, pero él aprovechó el regalo que yo le di, esa era la única responsabilidad que tenía. Sé porqué estoy yo aquí, tomé las decisiones equivocadas, haciendo lo que debía, para salvar una vida que me fue encomendada. Ahora ambos estamos aquí, haciendo lo que creemos correcto en un sitio donde el bien espera fuera observando lo que pasa.

Hoy es el día, hoy mis cadenas se transformarán en energía que recorra mi cuerpo y me dará la libertad. Destino y fe se enfrentarán a un duelo a muerte, y de un modo u otro, seré libre otra vez.

lunes, mayo 08, 2006

Un cielo gris

Parece que por una vez el cielo esté de acuerdo conmigo, porque hoy, como siempre, no será un día como cualquier otro, hoy es un día gris. No estoy de luto, aunque vista de negro, hoy, como siempre, estoy esperando.

No es que la vida no me haya dado cosas, demasiadas, diría yo, pero hoy, como siempre, estoy esperando más. Me falta dar un paso para llegar al otro lado, allí donde están los que no sólo ven más allá, si no los que actúan más allá. Y tenía muchas personas con las que hablar.

- Sé que hoy, como siempre, tienes tus razones para esconderte detrás de esas nubes, pero ahora no puedo verte, y hace frio. Sé que no debí buscar fuego donde las bestias se esconden, sé que no debí seguir mi sangre, pero vuelve.

- Y hoy, como siempre, he vuelto a escuchar tu voz, esta mañana, a través de una voz negra de mujer y de una blanca de hombre, y una lágrima volvió a cruzar mi rostro. Me lo has dicho muchas veces, y sé que tienes razón, pero basta, por favor, no puedo esperar más y sé que me queda mucho camino.

- Teníamos un trato, no recuerdo cual, hace ya dos años que me dí cuenta de que tu no cumplirías tu parte, y la única expicación es que yo no cumplí la mía. Por eso hoy, como siempre, te pido que me recuerdes que debo hacer, y lo haré, para que nuestro trato se consuma, aunque sea con retraso.

- No has aparecido, ¿cuánto tiempo crees que puedo esperarte? Te he enterrado, no me culpes, no fui yo quien se largó. Te perseguí a costa de mi propia vida, y perdí más de lo que tenía, y ni siquiera recuerdo que era y jamás podré recuperarlo. Hoy, como siempre, te esperaba con la puerta abierta, dejando que entrara más de un demonio. ¿Cuántas peleas más crees que aguantaré? Voy a cerrar la puerta, y sabiendo que te quedas fuera en el frio de la noche, lloraré tu pérdida y lucharé.

- Sé que hoy, como siempre, no puedo decirte nada, ya lo sabes, y vuelves a morir por salvarme, ¿cuántas veces darás la vida por mí?
- Hasta que tú misma aprendas a salvarte.
- Ningún otro me ha contestado.
- ¿Acaso esperabas respuesta? Deja ya esto y haz lo que debes.
- Espera, sólo un poco más, sólo dame algo por lo que seguir, siempre lo has hecho.
- ¿La vida no es suficiente?
- Sólo contigo.

domingo, mayo 07, 2006

Una noche de sangre y fuego

Aquí las cosas son distintas, el frio suele mantener calmadas a las bestias que buscan el fuego, pero siempre hay forma de encontrarlas, sobre todo si son tu compañia habitual. Externamente, no parecía distinta a las demás noches, pero yo sabía que lo sería, sólo teníamos que encontrar un sitio donde hubiera sangre y fuego.

El fuego fue fácil encontrarlo, hace mucho que la humanidad aprendió a crearlo, yo no lo buscaba, pero tampoco lo evité. La sangre no tardó en aparecer, en un nido de vampiros sólo hay que esperar a que suene la canción, y sonó. Fue entonces cuando me di cuenta en realidad de la compañía que llevaba, entre ellos un vampiro, y yo era su presa.

Suele ser fácil encontrar otra presa para un vampiro, pero esta vez no fui yo quien lo hizo. Un general, con el que tantas veces he luchado, apareció para salvarme. Esta vez había algo distinto en él, había encontrado su misión, o al menos eso decía, "ella es la de verdad". Sonreí, no es la primera vez que alguien cambia de bando, pero sí la primera que cambiaban al mío.

LLevo demasiado tiempo entre seres de la oscuridad como para no pasar desapercibida, y aquí las cosas son distintas, y son la gente como yo la que busca presa y no al revés, así que pensé que podría aguantar entre sangre y fuego toda la noche. Quizás esa idea no partió de mi mente, quizás de otra de mis acompañantes, uno de estos seres del mundo de Titania cuya mayor preocupación es liar la vida de los demás. Pero esta vez había encontrado alguien más divertido, juraría que era la primera vez que jugaba con un vampiro. Sangre y fuego se unieron, el cazador tuvo su presa y el jugador su juguete. Quedábamos el general y yo.

Demasiada sangre y fuego como para mantener calmadas a las bestias, y mi sangre también hervía. Me plantó cara y me retó, "cuerpo a cuerpo, sin más armas que nuestras espadas", sabía que mentía, y aún así acepté. Hubo lucha y hubo palabras, utilizaba magia, pero yo también, su aliento era veneno, pero mi sangre también. No sabía de lo que era capaz, ni cuántas eran sus armas. La lucha fue dura, y apenas aguanté, había respirado demasiado veneno, pero sabía que no podría conmigo, aunque quizás fue mas fuerte que yo. Al final, o quizás desde el principio su misión le venció.

- Ha sido divertido jugar, no crees?
- Sí, por supuesto.

Nos dimos la mano y avanzamos en la noche, largo camino nos quedaba porque el reloj ya había dado las campanadas, un carro del mundo de Titania nos recogió. Un peligroso juego se ha iniciado, no espero ganar, pero espero que su misión sí lo haga.

jueves, mayo 04, 2006

Lo que hay debajo de las cosas

Ver más allá es mucho más de lo que una mente humana puede soportar, porque te pierdes intentando llegar a la verdadera naturaleza de las cosas, lo que hay al final. Veo las sombras y palpo el cable y el metal, siento la magia y veo la energía que recorre las paredes de este lado de la realidad.

Es posible que sea imposible describirlo con palabras, aun para quien puede verlo, y es que la materia no es si no magia y energía, juntas e inseparables.

Es justo en ese instante, en el que el verde translúcido que cubre las cosas se convierte en símbolos que carecen de sentido para el que no conoce el código, y que carecen de realidad para el que no entiende la magia, cuando por fín lo entiendo. Pero aquí nada es imposible, y hay veces que sólo hay que modificar un pequeño hilo de la magia que sostiene la realidad, un simple símbolo de la energia que la mantiene, para transformar la realidad completa.

No es tan complicado entender lo que hay debajo de las cosas cuando ves el código o vives la magia, y es imposible hacer otra cosa cuando entiendes ambas.

martes, mayo 02, 2006

Volar

Creía que no volvería a sentirme así, que la vida no sería como fue, que mis sueños no volverían, que todo lo que di se había perdido para siempre.

Abrí el baul que tenía debajo de la cama, una nube de polvo salió, por un momento no vi lo que había dentro, pero pronto se despejó. Allí estaban, rotas, ajadas y desgarradas, como mi corazón - pensé -, eran las alas que guardé hace años, aun recuerdo aquella sensación, cuando por fin podía volar sin tener alas... Se perdió.

He pasado días enteros cosiendo y remendando, buscando las plumas que les faltaba, desgarrando un poco de mi propia piel para poder remendar las alas. Ahora las observo, no han quedado mal del todo, nunca serán las mismas, pero servirán.

Queda la parte difícil, la decisión, coserlas a mi propia piel, de forma que no puedan caerse, que queden fijas para siempre. Recuerdo cuando me las arranqué, creía que no dolería embriagada como estaba, pero aun así perder algo tan mío dolió.

A partir de ahora vuelvo a ser libre, ninguna cadena volverá a atarme a la tierra, nada hará que vuelva a pisar esas tierras de destrucción como un ser mortal. Vuelvo a volar por mis propios medios.