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jueves, mayo 25, 2006

Pandora

Demasiado ruido, ni siquiera puedo escuchar los latidos de mi corazón mientras corro entre las rocas desesperadamente, buscando un lugar que no me pertenece.

Allí la encuentro, es bella, pero tiene una sonrisa maliciosa entre los labios, que hace pensar que esté tramando algo. Tiene una curiosidad que no tiene límites, y es muy capaz tanto de caos como de armonía.

No esperaba encontrarla, pero era justo lo que necesitaba. Y la magia comenzó. Conocía algunos de esos hechizos, otros muchos no, pero tomé nota de magos y hechizos para poder recitarlos yo misma.

Consiguió revolverme el corazón que estaba seco, y devolverme la sangre. Devolvió el verdadero ritmo a mis latidos. Impuso armonía en mi cabeza. Y mi cuerpo volvió a vibrar.

Estuve horas bailando al son de los hechizos que me devolvían la vida, y otra vez volvía a ser yo. Y es que no soy nada sin la música.

2 Comentarios:

Anonymous Anónimo piensa...

La música es todo lo que queda cuando ha desaparecido todo lo demás...

3:20 p. m.  
Anonymous Anónimo piensa...

Eso es la magia... aunque no es fácil saber dónde acaba una y empieza otra, son curvas de un mismo CD, ¿verdad Edinne? ;)

4:23 p. m.  

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