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domingo, mayo 07, 2006

Una noche de sangre y fuego

Aquí las cosas son distintas, el frio suele mantener calmadas a las bestias que buscan el fuego, pero siempre hay forma de encontrarlas, sobre todo si son tu compañia habitual. Externamente, no parecía distinta a las demás noches, pero yo sabía que lo sería, sólo teníamos que encontrar un sitio donde hubiera sangre y fuego.

El fuego fue fácil encontrarlo, hace mucho que la humanidad aprendió a crearlo, yo no lo buscaba, pero tampoco lo evité. La sangre no tardó en aparecer, en un nido de vampiros sólo hay que esperar a que suene la canción, y sonó. Fue entonces cuando me di cuenta en realidad de la compañía que llevaba, entre ellos un vampiro, y yo era su presa.

Suele ser fácil encontrar otra presa para un vampiro, pero esta vez no fui yo quien lo hizo. Un general, con el que tantas veces he luchado, apareció para salvarme. Esta vez había algo distinto en él, había encontrado su misión, o al menos eso decía, "ella es la de verdad". Sonreí, no es la primera vez que alguien cambia de bando, pero sí la primera que cambiaban al mío.

LLevo demasiado tiempo entre seres de la oscuridad como para no pasar desapercibida, y aquí las cosas son distintas, y son la gente como yo la que busca presa y no al revés, así que pensé que podría aguantar entre sangre y fuego toda la noche. Quizás esa idea no partió de mi mente, quizás de otra de mis acompañantes, uno de estos seres del mundo de Titania cuya mayor preocupación es liar la vida de los demás. Pero esta vez había encontrado alguien más divertido, juraría que era la primera vez que jugaba con un vampiro. Sangre y fuego se unieron, el cazador tuvo su presa y el jugador su juguete. Quedábamos el general y yo.

Demasiada sangre y fuego como para mantener calmadas a las bestias, y mi sangre también hervía. Me plantó cara y me retó, "cuerpo a cuerpo, sin más armas que nuestras espadas", sabía que mentía, y aún así acepté. Hubo lucha y hubo palabras, utilizaba magia, pero yo también, su aliento era veneno, pero mi sangre también. No sabía de lo que era capaz, ni cuántas eran sus armas. La lucha fue dura, y apenas aguanté, había respirado demasiado veneno, pero sabía que no podría conmigo, aunque quizás fue mas fuerte que yo. Al final, o quizás desde el principio su misión le venció.

- Ha sido divertido jugar, no crees?
- Sí, por supuesto.

Nos dimos la mano y avanzamos en la noche, largo camino nos quedaba porque el reloj ya había dado las campanadas, un carro del mundo de Titania nos recogió. Un peligroso juego se ha iniciado, no espero ganar, pero espero que su misión sí lo haga.