Un cielo gris
Parece que por una vez el cielo esté de acuerdo conmigo, porque hoy, como siempre, no será un día como cualquier otro, hoy es un día gris. No estoy de luto, aunque vista de negro, hoy, como siempre, estoy esperando.
No es que la vida no me haya dado cosas, demasiadas, diría yo, pero hoy, como siempre, estoy esperando más. Me falta dar un paso para llegar al otro lado, allí donde están los que no sólo ven más allá, si no los que actúan más allá. Y tenía muchas personas con las que hablar.
- Sé que hoy, como siempre, tienes tus razones para esconderte detrás de esas nubes, pero ahora no puedo verte, y hace frio. Sé que no debí buscar fuego donde las bestias se esconden, sé que no debí seguir mi sangre, pero vuelve.
- Y hoy, como siempre, he vuelto a escuchar tu voz, esta mañana, a través de una voz negra de mujer y de una blanca de hombre, y una lágrima volvió a cruzar mi rostro. Me lo has dicho muchas veces, y sé que tienes razón, pero basta, por favor, no puedo esperar más y sé que me queda mucho camino.
- Teníamos un trato, no recuerdo cual, hace ya dos años que me dí cuenta de que tu no cumplirías tu parte, y la única expicación es que yo no cumplí la mía. Por eso hoy, como siempre, te pido que me recuerdes que debo hacer, y lo haré, para que nuestro trato se consuma, aunque sea con retraso.
- No has aparecido, ¿cuánto tiempo crees que puedo esperarte? Te he enterrado, no me culpes, no fui yo quien se largó. Te perseguí a costa de mi propia vida, y perdí más de lo que tenía, y ni siquiera recuerdo que era y jamás podré recuperarlo. Hoy, como siempre, te esperaba con la puerta abierta, dejando que entrara más de un demonio. ¿Cuántas peleas más crees que aguantaré? Voy a cerrar la puerta, y sabiendo que te quedas fuera en el frio de la noche, lloraré tu pérdida y lucharé.
- Sé que hoy, como siempre, no puedo decirte nada, ya lo sabes, y vuelves a morir por salvarme, ¿cuántas veces darás la vida por mí?
- Hasta que tú misma aprendas a salvarte.
- Ningún otro me ha contestado.
- ¿Acaso esperabas respuesta? Deja ya esto y haz lo que debes.
- Espera, sólo un poco más, sólo dame algo por lo que seguir, siempre lo has hecho.
- ¿La vida no es suficiente?
- Sólo contigo.
No es que la vida no me haya dado cosas, demasiadas, diría yo, pero hoy, como siempre, estoy esperando más. Me falta dar un paso para llegar al otro lado, allí donde están los que no sólo ven más allá, si no los que actúan más allá. Y tenía muchas personas con las que hablar.
- Sé que hoy, como siempre, tienes tus razones para esconderte detrás de esas nubes, pero ahora no puedo verte, y hace frio. Sé que no debí buscar fuego donde las bestias se esconden, sé que no debí seguir mi sangre, pero vuelve.
- Y hoy, como siempre, he vuelto a escuchar tu voz, esta mañana, a través de una voz negra de mujer y de una blanca de hombre, y una lágrima volvió a cruzar mi rostro. Me lo has dicho muchas veces, y sé que tienes razón, pero basta, por favor, no puedo esperar más y sé que me queda mucho camino.
- Teníamos un trato, no recuerdo cual, hace ya dos años que me dí cuenta de que tu no cumplirías tu parte, y la única expicación es que yo no cumplí la mía. Por eso hoy, como siempre, te pido que me recuerdes que debo hacer, y lo haré, para que nuestro trato se consuma, aunque sea con retraso.
- No has aparecido, ¿cuánto tiempo crees que puedo esperarte? Te he enterrado, no me culpes, no fui yo quien se largó. Te perseguí a costa de mi propia vida, y perdí más de lo que tenía, y ni siquiera recuerdo que era y jamás podré recuperarlo. Hoy, como siempre, te esperaba con la puerta abierta, dejando que entrara más de un demonio. ¿Cuántas peleas más crees que aguantaré? Voy a cerrar la puerta, y sabiendo que te quedas fuera en el frio de la noche, lloraré tu pérdida y lucharé.
- Sé que hoy, como siempre, no puedo decirte nada, ya lo sabes, y vuelves a morir por salvarme, ¿cuántas veces darás la vida por mí?
- Hasta que tú misma aprendas a salvarte.
- Ningún otro me ha contestado.
- ¿Acaso esperabas respuesta? Deja ya esto y haz lo que debes.
- Espera, sólo un poco más, sólo dame algo por lo que seguir, siempre lo has hecho.
- ¿La vida no es suficiente?
- Sólo contigo.
Por edinne a las 6:26 p. m.
1 Comentarios:
Cuando el cielo decide empapar la tierra con lanzas de agua y oscuridad, en el mundo se avecina un acontecimiento importante... desde la lejana ladera de la montaña de Los Cuatro Picos puedo observar los destellos de luz que presumo salen de tus manos...
Hay batallas que por mi experiencia hay que librar sin remedio... pues los contratos se convierten en finos hilos de papel que se deshacen con el agua fria y siempre llueve en algún momento. Pero aún en el punto más alejado de las llanuras, en la cueva más profunda de la montaña y en la estrella más alejada de la galaxia se puede escuchar la explosión y el grito de cada una de las gotas que caen sobre los cuerpos en la batalla...
Y para que no se pierda ese grito seguiré escuchando... intentanto evitar que las voces mueran en un intento de ser oidas... pues oiré siempre... llegarán a los oidos cada articulación de la palabra e intentaré descifarlas no sin dificultad...
sólo grita auxilio y cesará la lluvia bajo cientos de alas que cubriran el cielo para que puedas luchar con tranquilidad y poder cumplir tus objetivos sin dificultad...
Estoy seguro que no necesitarás mi ayuda... estoy seguro que no necesitarás nada más que tus manos y tu fuerza para destrozar la roca... estoy seguro que si alguna vez doblegas ante algún enemigo tendrás todo un séquito de feroces guerreros que llegarán a tu llamada...
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