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martes, mayo 30, 2006

Yo no hago tratos

Hay momentos en que la niebla espesa lo cubre todo, apenas se puede ver dónde estás, pero es ahí donde más puedo ver. Hay una conversación que quería tener, sólo la estaba retrasando.

- Hola.
- Cuánto tiempo - Sonríe, siempre lo hace.
- No estaba segura de si estarías aquí, muchas veces temo no encontrarte.
- Siempre he estado aquí cuando has querido hablar conmigo.
- Aquella vez no estuviste.
- Aquella vez no querías hablar conmigo, pero aun así te escuché, gritaste mucho, lo sabes? - Frunce el ceño como lo hace alguien que no está acostumbrado a hacerlo - El infierno se revolvió, más de uno quiso cumplir tus deseos.
- Quizás hubiese sido lo mejor.
- No sabes de lo que hablas, deberías saber que las cosas no van a ser así. No vas a dejar de luchar, porque sabes que no es la vida lo que te juegas, si no mucho más.
- Por eso hice el trato contigo, porque sólo tú puedes darme el descanso que busco, porque eres neutral, porque nunca has participado en ninguno de los bandos.
- Pero sabes que yo no hago tratos.
- Y tu sabes mejor que nadie que las cosas no siempre son así, y que has hecho tratos.
Sonríe.
- Qué pasó? - tenía que preguntarlo.
- Esperaba esa pregunta. Aunque de alguna forma esperaba que lo recordaras.
- No recuerdo nada, lo he intentado con todas mis fuerzas, he repasado todas las cosas que he hecho, las decisiones que he tomado, la gente que he salvado y a los que he dejado atrás, intentando saber qué fue lo que hice para que tú no cumplieras nuestro acuerdo.
- Qué importa lo que hicieras? Si de verdad quisieras que hubiera cumplido mi parte del acuerdo, hubieras cumplido tu parte.
- Pero de verdad quería, estuve aquí ese día, estaba preparada y lo esperaba. No hubiera gritado, llorado, desesperado y maldecido si algo en mí quisiera que no lo cumplieras.
- Pero aún así, no querías, sólo lo esperabas.
- Y ahora qué?
- Es tu vida, no puedo decirte qué hacer con ella, son las reglas.
- Lo planee todo sabiendo que teníamos un trato, y me quedé sin fuerzas, sin ganas y sin motivos por los que luchar.
- Y aún así has tardado casi dos años en volver.
- Estaba muy enfadada. Seguía tentada de hacer otro trato contigo, pero temo que lo rechazarías. Además aunque lo aceptaras no podría garantizar que no pasara lo mismo.
- Y ya no estás segura de que quieras que el trato se cumpla.
- Creo que simplemente me he hecho a la idea de que no va a pasar, de que tengo mucho camino por delante. Ya no es lo mismo que entonces, cuando hice el trato contigo, ahora no hay nada concreto que espere, nada que yo quiera que pase.
- Ya has tomado tu decisión, hace mucho, incluso empezaste a llevarla a cabo, no mires atrás.
- Volveremos a hablar.

Me doy media vuelta y me marcho, creo que me responde algo, pero hay veces que no quiero escuchar. Sé que tiene razón, pero aun así no tiene derecho. No entiende lo que es la vida, ella sólo entiende de muerte.