Tres espíritus (II)
El espíritu del presente
Me despertaron dos campanada, las dos. Un montón de recuerdos vinieron a mi mente, un tremendo mareo me hizo cerrar los ojos. Cuando los abrí él estaba allí. Alto y delgado, piel blanca llena de pecas, pelo castaño y una sonrisa traviesa.
- Soy el fantasma del presente.
- Espíritu, lleváme a donde quieras. Ya he salido esta noche a la fuerza y he aprendido una lección que está haciendo efecto. Si tenéis que enseñarme algo, sacaré provecho.
Me agarra de la mano y me saca volando por la ventana, volamos por encima de los edificios de esta gris isla, por encima de las nubes, atravesando el mar y llegando y a tierras donde brilla el sol. Allí veo a una princesa y una gárgola de piedra, parece un cuento de hadas, emanan felicidad. El fantasma volvió a agarrarme de vuelta a la habitación.
- ¿Tan corta es la vida de los Espíritus?
- Mi vida sobre este globo es muy corta -replicó el Espectro-. Esta noche termina.
Me despertaron dos campanada, las dos. Un montón de recuerdos vinieron a mi mente, un tremendo mareo me hizo cerrar los ojos. Cuando los abrí él estaba allí. Alto y delgado, piel blanca llena de pecas, pelo castaño y una sonrisa traviesa.
- Soy el fantasma del presente.
- Espíritu, lleváme a donde quieras. Ya he salido esta noche a la fuerza y he aprendido una lección que está haciendo efecto. Si tenéis que enseñarme algo, sacaré provecho.
Me agarra de la mano y me saca volando por la ventana, volamos por encima de los edificios de esta gris isla, por encima de las nubes, atravesando el mar y llegando y a tierras donde brilla el sol. Allí veo a una princesa y una gárgola de piedra, parece un cuento de hadas, emanan felicidad. El fantasma volvió a agarrarme de vuelta a la habitación.
- ¿Tan corta es la vida de los Espíritus?
- Mi vida sobre este globo es muy corta -replicó el Espectro-. Esta noche termina.
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