El demonio de la retórica

Este demonio existe desde la misma existencia de la palabra, ya lo usaban los sofistas como medio de "comunicación", y ha sido definido como el discurso sobre el discurso. En otras palabras, el arte de hablar por hablar, sin decir nada. Es lo que usan los políticos como medio, incluso como fín. Este demonio se basa en las palabras para destruir la comunicación entre personas, consigue que hablen durante horas sin entenderse. Por lo que sé el demonio de la burocracia fue discípulo suyo.

Aquí en la nueva ciudad esperaba encontrarme el demonio Babel como principal destructor de la comunicación, pero el primero que ha dado la cara ha sido el de la retórica. Ha conseguido que las dos personas que iban a instruirme se enfrentaran de forma caótica, destruyendo mi posibilidad de construir algo.

Todavía es pronto para enfrentarse a él, pero puedo atenuar sus consecuencias, he de ser mediadora de la comunicación, y entender a los implicados. Espero poder encontrar pronto la forma de que, aunque este demonio siempre estará presente, no merme mi capacidad de comunicarme.