Un demonio más

Sabía que me estaría esperando al regresar, no podía ser de otra forma, los demonios no se toman vacaciones, y no van a esperar porque mi fin de semana se alargue hasta el lunes. Este demonio es de una clase compleja y exhasperante, es un demonio de la burocracía. Se valen de frases largas y complejas, conceptos que carecen de significado en la vida real, y mucho, mucho, mucho papeleo.

He pasado el día inundada de papeleo, con cosas como "factura proforma", lo de una factura todavía lo entiendo, pero ¿qué es "proforma"? pro es un prefijo que indica promover, y forma tiene muchas acepciones en el diccionario, pero ninguna de ellas se ajusta a lo que yo entiendo de factura. ¿Y qué quiere decir "cheque unitick"?, a ver, lo de un cheque me hago cargo, pero ¿"unitick"?, de universidad y ticket, imagino, pero esto no tiene mucho sentido, y sobre todo no le da ninguna definición a cheque. Todas estas palabras y muchas más con que las he tenido que lidiar son inventos de este demonio para restar claridad a un concepto tan fácil cómo una compra, que en su acepción más primaria se trataba de un intercambio de cosas.

Para colmo de papeles, me han otorgado mi primer papelito rosa. Iba acercándome al coche, y allí estaba en el parabrisas, desafiándome, informándome del significado real del papeleo, y es que está ahí sólo para poder hacer la vida más desagradable a los demás.

Este demonio es cruel y despiadado, pero no más que otros, el problema real es que nadie ha conseguido nunca vencerlo, y a lo largo de los años se ha ido haciendo más fuerte. En el mundo actual, su poder no tiene límites, mermando la capacidad de actuar del ser humano.